familia2

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martes, 24 de noviembre de 2015

LA HISTORIA DE MIS LACTANCIAS (PARTE I)


Empecemos por el principio…
Desde que tengo uso de razón siempre supe que sería madre, tendría tres hijos y les daría pecho. A todo esto hay que sumarle que ya mayorcita, con unos 22 o 23 años tuve dos primos pequeños que tomaron teta hasta bien pasados los dos años y se les veía tan felices que quería lo mismo para mis peques cuando llegaran.
Y unos años después me quedé embarazada de mi número 1. Mi tía me hizo llegar uno de sus bienes más preciados “Un regalo para toda la vida” de Carlos González. Lo dejé en mi mesilla de noche y ahí estuvo todo el embarazo. Pensaba que la lactancia era fácil y que no necesitaba leerlo.Pasé un buen embarazo excepto por los más de 25 kilos que cogí y un 24  de noviembre me puse de parto. Tras 24 horas de parto (que esa es otra historia) el día  25 de Noviembre de 2009 a las 00:30 de la mañana recibí en mi pecho a Saúl, un bebé precioso que vino a cambiarme la vida y la idea preconcebida de la lactancia que tenía.
  
En cuanto llegué a la habitación del paritorio haciendo piel con piel con mi pequeño le intenté poner al pecho. Había engordado, como ya he dicho más de 25 kilos y mis tetas no se quedaban atrás. Ahora sé que no es un problema pero en ese momento las enfermeras de planta me hicieron creer que el niño no se agarraba por el tamaño y porque tenía el pezón un poco plano. ¡Qué tonta era! Si se hubieran dignado a echarme una mano… Pero no, mandaron a mi madre a comprar unas pezoneras al día siguiente y tras las dos horas de piel con piel y con la presión de la familia para que descansara se llevaron a S. al nido. Sí, soy una de esas madres horribles que lo permitieron… Esas cuatro horas de separación se me hicieron interminables. A las 7 de la mañana me devolvieron a mi niño y por supuesto con un buen biberón entre pecho y espalda que le habían dado en el nido.
Mi habitación se convirtió en el camarote de los hermanos Marx (No exagero, de verdad...) y no había forma de dar el pecho tranquilamente. Las enfermeras poco hacía y aún con las pezoneras el dolor era bastante insoportable. Aparecieron las grietas y para cuando me dieron el alta dar el pecho era imposible. Llegamos a casa y la cosa empeoró. Todo el mundo me daba consejos, todo el mundo pensaba que el niño se quedaba con hambre. Pero yo seguía con mi idea, lactancia materna exclusiva.

A la semana fuimos a la revisión del pediatra. Mi marido había empezado a trabajar y fui con mi madre. S. no había cogido mucho peso y por supuesto, me recomendaron una ayudita. Supliqué (que idiota fui, si el hijo es mío) que me dieran una semana más. Me lo permitieron. Seguí con la teta y a los dos días me desperté con un dolor horrible en el pecho. A las 16:00 tenía 40 grados de fiebre y no tomé nada pensando que no podía tomar medicamentos. A las 3 de la mañana me fui a Urgencias con el papi, mi madre y el niño. Diagnóstico: mastitis; Tratamiento: antibiótico más antitérmico y recomendación de dejar el pecho. No lo dejé porque por mi tía sabía que era lo peor que podía hacer y que por una mastitis no se debe dejar el pecho. A los dos días estaba mejor de la mastitis pero las grietas estaban infectadas y el dolor era insoportable. Alternaba las pezoneras con las tomas directas pero no sé qué dolía más. Mientras tanto, fuimos a la revisión de los 15 días y el niño había engordado 400 gramos. Vamos, que hambre no tenía, quería estar con su mamá pegadito pero yo era muy inocente y los cometarios me afectaban mucho. Además el papi me veía sufrir y cada vez me apoyaba menos con la lactancia. Mi madre que era la que más me apoyaba flaqueaba también.
 A los 15 días empecé con otro subidón de fiebre. Otra vez a Urgencias y el mismo diagnóstico y tratamiento. Sólo que esta vez tenía un bulto y ese bulto dolía mucho y no desaparecía. A partir de ahí un peregrinaje de idas y venidas al médico con fiebre intermitente y un dolor insoportable en el pecho. Siempre lo mismo, antibiótico y antitérmico. No podía más y empecé con lactancia mixta. Por supuesto, el pecho fue a peor y un día 4 de Enero me fui a otro hospital para pedir una segunda opinión. Diagnóstico: absceso mamario; Tratamiento: drenaje a la mañana siguiente en quirófano. Me dieron la opción de quedarme ingresada o volver a la mañana siguiente. Me fui a casa con mi bebé y le di el pecho por última vez. A la mañana siguiente me drenaron, tomé las pastillas para cortar la leche y lloré de alivio. Sabía que podía seguir con la lactancia pero no tenía ni fuerzas ni apoyos. Empecé a disfrutar de mi hijo y de mi maternidad y aunque lloraba cuando le daba el bibe por pensar que no lo había conseguido, era muy muy feliz.

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2 comentarios:

  1. Yo no lo pasé tan mal como tú con mi primer hijo , pero también fracase en la idea que yo tenía de lactancia. Supongo que fallaron varias cosas, el desconocimiento y mi inocencia, en aquellos momentos, entre otras.
    Con mi segundo hijo fue otra cosa totalmente diferente, a día de hoy llevamos un año de lactancia y lo que nos queda....
    Un abrazo

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  2. Gracias por comentar Mama Lulumy! La verdad que el desconocimiento y la inocencia hace mucho! Yo tuve que esperar a la tercera para que me fuera bien. Ya llevamos 9 meses y los que nos quedan.

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