familia2

familia2

lunes, 9 de mayo de 2016

15 MESES DE LACTANCIA MATERNA

La semana que viene, si no hay cambios, que dudo que los haya, Pequeña India y yo cumpliremos 15 meses de lactancia materna y me parece buena fecha para hacer un pequeño repaso a lo que de momento ha sido nuestra lactancia.

A veces, cuando le doy tetita y veo que sobresale por todos lados me pongo a pensar en que si hace 15 meses alguien me hubiera preguntado si tendríamos una lactancia prolongada hubiera afirmado rotundamente que no. No porque no sea una defensora de la lactancia materna sino por las malas experiencias con sus hermanos. Y me emociono pensando que hemos conseguido llegar hasta aquí. No fueron unos principios fáciles (sobre todo por mis inseguridades) pero el camino no ha sido tan complicado. Hemos fluido. Quizá sea muy filosófico pero es la verdad, no ha habido horarios ni obligaciones. Eso no quita que las dos nos hayamos adaptado a horarios de los hermanos o a pechos que había que vaciar con urgencia. La lactancia es cosa de dos, e incluso de cinco porque en esta casa los Jefes Indios y el Gran Jefe han tenido una paciencia impresionante y han estado al pie del cañón.



Ahora todo es más fácil. Las dos nos conocemos bien. Y aunque hay otros problemas, la confianza que tengo en mi cuerpo hace que se resuelvan más rápido. Acabamos de pasar una etapa de mordiscos. En dos días estaba solucionada. Aquí también ha influido que a Pequeña India le han salido sus dos primeros dientes ahora que ella ya entiende casi todo, así es que enseguida ha dejado de morder porque sabe que a mami no le gusta. A veces está mamando y dice que no con la cabeza. No lo puedo asegurar pero mi intuición me dice que le entran ganas de morder y ella se convence a sí misma de que no (jijijiji). Sí, estoy un poco loca...

También nos enfrentamos a las típicas frases de "¿todavía toma teta?" o "ya verás como te muerda"... Pero no sé por qué no me sientan demasiado mal. Quizá es que últimamente estoy positiva pero creo que cuando preguntan no lo hacen con mala intención. Es más por desconocimiento o porque no es lo habitual. 

Para terminar quiero hacer una lista con las cosas que he aprendido estos 15 meses, para que no se me olvide nunca porque la lactancia ha sido un gran ejercicio de aprendizaje:

- Que dar el pecho es precioso pero también muy sacrificado y no sólo físicamente (grietas, mastitis, mordiscos,...) Ni hablo de las malas noches ni de las tomas de casi 24 horas durante los primeros meses... Es no poder salir una noche a cenar o no poder dejar a la pequeña una noche con los Santos Aburlos para estar simplemente tirada en el sofá. Y sí, mis Indios son lo primero pero la desconexión a veces es necesaria.

- A lo largo de estos meses he aprendido a perdonarme por no dar teta a los mayores. A aceptar que hice lo mejor para todos en aquellos años (puedes leer mis experiencias aquí y aquí). A entender a aquellas mamás que no quieren dar el pecho o que ya no quieren intentarlo más porque están hartas o las que destetan porque están hasta el moño o porque vuelven al trabajo o simplemente porque sí. La leche materna es lo mejor pero no a cualquier precio.

- Que por desgracia la mayoría de los sanitarios no tienen ni idea de lactancia materna. Que cada vez que he tenido un problema con la lactancia he ido temblando al médico y suplicando mentalmente que quien me atendiera supiera algo de lactancia.

- Que la teta no es sólo alimento, ni los bebés la usan como chupete, que no hace falta que pasen dos, tres o "x" horas para que el bebé llore por hambre.



- Que hay días malísimos en los que sólo piensas en destetar y en que no puedes más. Lo bueno es que estos días pasan y los buenos ratos compensan los malos.

- Que cada mujer tiene sus circunstancias y hay que respetarlas.

- Que el apoyo de la pareja es fundamental.

Hasta aquí estos quince meses. No se cuántos más nos quedarán, no sé si tomaré yo la decisión de destetar o la tomara ella o lo haremos las dos. Seguiremos yendo poco a poco como hemos hecho hasta ahora.

Gracias por leerme.

miércoles, 4 de mayo de 2016

PORQUE YO SOY INDIA

Llevo unos 15 dias revolucionada y esta vez no tiene nada que ver con la maternidad, o sí o un poco porque al final todo empieza y acaba en ellos.

Hace muchos años yo fui India, la verdad es que lo sigo siendo pero hacía tiempo que no ejercía. Y una reunión de mi tribu ha hecho que saque mis mejores penachos. Será este mes y para calentar motores ya estamos jugando, que gracias a las redes sociales ahora es mucho más fácil.

Me pongo nostálgica con estos eventos y pienso en mi "primera juventud" (es que ahora estoy en la segunda, jijijijiji). Cuantas noches alrededor del fuego partiéndonos de risa con una cervecita en la mano, cuantas tardes pasándolo en grande con el juego más tonto, cuantas noches haciendo el indio,...

¿Qué tendrán los 4 palos? Nuestro sitio de reunión, donde se han forjado mis amistades más verdaderas que con el paso del tiempo han ido evolucionando, perdiéndonos casi la pista en algún momento y volviéndonos ya a encontrar gracias a nuestra maternidad-paternidad.

La noche de la totemnización, aquel 20 de Abril de un año que no recuerdo (¿¿¿2002???), la noche de los chupitos en El Coto (cuando se nos fue de las manos), recuperar la promesa Sherpa,  Juanpa, el último turno de Quique Ramos y mi primero, la noche de las "chapas y las colillas",...




Con mi tribu he vivido los que creía mis mejores y peores momentos (como siempre la maternidad lo cambia todo y hace que relativices las cosas) pero cuando un gran evento se acerca y sabes que vas a juntarte con todos te revuelves entera y piensas que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Así es que dentro de unas semanas nos veremos las caras, compartiremos recuerdos y reiremos hasta no poder más. Aunque esta vez será distinto porque a la mañana siguiente habrá que madrugar, porque tres pequeños indios tendrán ganas de mamá y de jugar con ella. Y entre recuerdos siempre saldrán los pequeñines y habrá llamadas a los abuelos (esos Santos) para saber cómo están.





Y cuando esté disfrutando como una India pensaré en mis tres pequeños deseando que ellos vivan lo mismo que yo viví y creen recuerdos, historias y amistades tan bonitas como las que yo tengo. Aunque tengo claro que no depende de mí, que ellos serán los que decidan por donde transcurre su juventud y si prefieren ser indios o vaqueros. Pero a mí me bastará con verles felices.